Durante esta actividad pusimos en marcha nuestra imaginación "halloweeniana" inventando un sortilegio para convertirnos en..., bueno, en lo que quisiéreamos.
Aprovechamos la noche anterior y nos fuimos al cementerio de Soto y cogimos los siguientes ingredientes: tierra de cementerio, agua de lluvia, hojas de ciprés, arbustos de la tapia de atrás del camposanto, alubias, lentejas y orégano (para que oliese bien). Al final de la actividad recogimos en un documento la receta y, por supuesto, fregamos lo manchado. ¡AH, Y LO PROBAMOS!
Mientras jugamos en el taller aprendemos y trabajamos: trasvases, mucho, poco, motricidad fina (recortar), trabajo cooperativo, aprender a esperar (son termendamente impacientes porque son tremendamente activos y activas)
¡SON ESTUPENDOS Y ESTUPENDAS!
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